Las dunas de Maspalomas recuperan su esplendor: ¡no se habían visto así de bonitas en los últimos 50 años!

La ausencia de pisadas ha regularizado el flujo de arena y ha dejado que florezcan sus ondulaciones naturales

Las dunas de Maspalomas, más bellas que nunca

Miguel Ángel Peña Estévez

Un desierto con recompensa azul: esa podría ser la definición de las dunas de Maspalomas, en Gran Canaria, un tesoro natural de primera división por su singularidad y extensión, un horizonte difícil de olvidar con la Playa del Inglés como punto de ebullición. Y ahora está viviendo su mejor momento, según afirman quienes más saben: "El cambio más obvio que ha sufrido el paisaje dunar durante estas semanas de confinamiento ha sido la aparición de las ondulaciones o ripple marks en la arena, de manera que la mejoría estética ha sido espectacular", nos cuenta Miguel Ángel Peña, director del proyecto MASDUNAS y de la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas.

El proyecto tiene como objetivo solucionar la problemática medioambiental a la que se enfrenta el lugar. Sus causas son variadas: debido a la construcción de la cercana urbanización de Playa del Inglés, que provocó una alteración del flujo del viento, la arena que sale al mar no se reincorpora con normalidad al ciclo dunar. Además, se han perdido balancones (una especie arbustiva endémica de la zona), lo que favorece la erosión; se ha disminuido la biodiversidad, y el uso público de la zona, que es Parque Natural, ha alterado el paisaje negativamente.

"El flujo de la arena se ha regularizado, al no ser pisoteada", asegura Peña sobre la situación actual del lugar. "Esto lo podemos afirmar con contundencia, dado que en los últimos dieciocho meses hemos estado haciendo un estrecho seguimiento del ecosistema gracias al proyecto MASDUNAS". Tanto es así, que el experto asegura: "Maspalomas es uno de los ecosistemas dunares más estudiados de España, y no la habíamos visto así en, al menos, 50 años".

El flujo de la arena se ha regularizado en la zona

Miguel Ángel Peña Estévez

Además, aunque, como señala Peña, "la flora y la fauna llevan otro ritmo", de manera que la percepción de los cambios no es tan inmediata, también ha apreciado que en la laguna costera asociada al ecosistema dunar y en el palmeral anexo (popularmente conocido como El Oasis), "la fauna está más confiada". "Cabe esperar que, con el paso de las aves migratorias, ocurra lo mismo. Tenemos fundadas esperanzas que especies tan amenazadas como el chorlitejo patinejo mejoren su éxito reproductivo".

Pero ¿qué pasará cuando el confinamiento llegue a su fin... y los ciudadanos vuelvan a extender la toalla sobre la arena? Para entonces, se espera que sea posible mantener en gran medida el buen estado que han adquirido las dunas en este tiempo: "Durante el proyecto, dotamos de balizas y señales a los cinco senderos que atraviesan el ecosistema dunar, así que estamos en disposición de que los visitantes transiten por ellos, absteniéndose de pisotear el resto. El objetivo es lograr el uso ordenado de los recursos naturales. Para lograrlo, el Cabildo de Gran Canaria, como órgano de gestión de la Reserva Natural, va a incrementar las labores de información y vigilancia gracias a la contratación de más personal", asegura el profesional.